Tipos de glaseado: conoce los glaseados ideales para pasteles
Hoy quiero compartir contigo todo lo que sé sobre un tema que a menudo me preguntan: el glaseado en repostería. Si alguna vez te has preguntado cómo darle ese toque especial a un pastel o cómo lograr esa cobertura brillante y deliciosa.
¿Qué es el glaseado en repostería?
El glaseado, conocido en inglés como «icing» o «frosting» dependiendo de su textura, es una cobertura dulce que se utiliza para decorar y dar sabor a todo tipo de postres. Su función principal es añadir una capa extra de dulzura, pero también actúa como barrera para mantener la humedad de los pasteles, aportando una textura suave o crujiente, dependiendo del tipo de glaseado.
En términos sencillos, el glaseado transforma un simple bizcocho en una obra de arte comestible. Ya sea que busques un acabado suave y brillante, una cobertura rica y densa, o un decorado detallado, hay un glaseado perfecto para cada ocasión.
Los diferentes tipos de glaseado:
Hay una amplia variedad de glaseados, cada uno con sus características particulares. A lo largo de mi carrera en la repostería, he experimentado con casi todos ellos, y quiero compartirte mi experiencia para que puedas elegir el más adecuado para tu creación.
1. Buttercream (Crema de mantequilla):
El buttercream es probablemente el más popular de todos los glaseados. Es versátil, fácil de trabajar y delicioso. Consiste en una mezcla de mantequilla (o margarina) y azúcar glas. Se le puede agregar un poco de leche o nata para ajustar la consistencia, y se puede aromatizar con extractos como vainilla, almendra o incluso chocolate.
El buttercream es perfecto para decorar pasteles y cupcakes, y si se maneja bien, puedes hacer decoraciones hermosas con boquillas. ¡Es un clásico que nunca falla!
Tipos de buttercream
– Buttercream americano: Esta es la versión más básica, y la más dulce. Se hace simplemente mezclando mantequilla a temperatura ambiente con azúcar glas. Es perfecta para principiantes, pero si te gusta algo menos dulce, quizás prefieras una de las versiones europeas.
– Crema de merengue suizo: Este buttercream se elabora con claras de huevo batidas con azúcar al baño maría hasta que se disuelve por completo, y luego se mezcla con mantequilla. Es mucho menos dulce que la versión americana y tiene una textura más suave y sedosa.
– Crema de merengue italiano: Similar al suizo, pero en este caso se vierte un almíbar caliente sobre las claras de huevo batidas, lo que le da más estabilidad. Este tipo de buttercream es ideal si estás en un clima cálido porque no se derrite tan fácilmente.
– Crema de mantequilla francesa: El más rico de todos los buttercreams. Se hace con yemas de huevo en lugar de claras, lo que le da un color más intenso y un sabor muy profundo. Es perfecto para rellenos o para pasteles que no requieren decoraciones detalladas.
2. Glaseado Real (Royal Icing):
Este es uno de mis favoritos cuando se trata de decoraciones detalladas, especialmente en galletas. El glaseado real se hace con claras de huevo y azúcar glas, y se seca muy duro, lo que lo hace ideal para dibujar líneas, bordes y detalles finos. Si alguna vez has visto galletas de Navidad decoradas con precisión, lo más probable es que hayan sido decoradas con glaseado real.
Un consejo: si prefieres no usar claras de huevo crudas, puedes comprar polvo de merengue, que funciona de maravilla y es más seguro para el consumo.
3. Fondant:
Si has visto esas tartas con acabados perfectamente lisos y decoraciones en 3D, lo más probable es que se haya utilizado fondant. El fondant es una pasta suave y flexible hecha de azúcar, gelatina y glicerina. Se estira con un rodillo y se coloca sobre el pastel para cubrirlo completamente, dándole una apariencia pulida y profesional.
Además del fondant estirado, también está el fondant líquido, que se utiliza para cubrir bocados y otros pasteles pequeños, dejándoles un acabado suave y brillante.
4. Ganache:
La ganache es una combinación de chocolate y crema que se puede usar como cobertura o relleno. Dependiendo de la proporción de chocolate a crema, puede ser más firme o más líquida. Es increíblemente versátil: una ganache suave se puede utilizar para cubrir pasteles y tartas, mientras que una ganache más espesa puede servir como relleno para trufas o pasteles.
Si amas el chocolate tanto como yo, te encantará trabajar con ganache. Una vez que aprendas a dominarla, querrás usarla en todo.
5. Glaseado Simple:
Este tipo de glaseado es lo más sencillo que puedes hacer: azúcar glas y un líquido como agua, leche o jugo de frutas. Se utiliza mucho en donuts, bizcochos y galletas. Es fluido, se vierte sobre el postre y se deja secar, creando una capa fina pero dulce. Es perfecto para cuando buscas una solución rápida para darle brillo a tus postres.
6. Glaseado de Queso Crema:
El glaseado de queso crema es uno de los más deliciosos (al menos en mi opinión). Combina queso crema, azúcar glas y mantequilla para crear una crema suave y ligeramente ácida. Es especialmente popular en pasteles como el Red Velvet y el pastel de zanahoria.
Un truco que aprendí a lo largo de los años es dejar que el queso crema se ablande a temperatura ambiente antes de batirlo. Esto evita que se formen grumos y te aseguras de obtener una textura suave y perfecta.
7. Glaseado Espejo:
El glaseado espejo es relativamente nuevo en la repostería, pero se ha hecho muy popular por su apariencia impresionante. Este glaseado es suave, brillante y prácticamente refleja la luz como un espejo, de ahí su nombre. Se elabora con chocolate blanco, leche condensada y gelatina, y se vierte sobre pasteles congelados para lograr ese acabado pulido.
Consejos para el éxito con los glaseados
Ahora que conoces los diferentes tipos de glaseados, quiero compartirte algunos consejos que he aprendido con el tiempo:
1. Prepara tus utensilios: Asegúrate de que tus herramientas estén limpias y secas. Cualquier traza de grasa o agua puede arruinar algunos tipos de glaseado, especialmente los que contienen claras de huevo como el glaseado real o el buttercream de merengue.
2. Controla la temperatura: Muchos glaseados, como el ganache o el buttercream, dependen de la temperatura de los ingredientes para tener la consistencia correcta. Si el ambiente está muy cálido, puede ser difícil trabajar con ellos, y si está muy frío, pueden endurecerse demasiado rápido.
3. Añade el azúcar poco a poco: Cuando estés preparando un buttercream o un glaseado simple, agrega el azúcar glas poco a poco para evitar que se formen grumos y para controlar la consistencia de tu mezcla.
El glaseado es la joya de la corona en la repostería. Desde el clásico buttercream hasta el impresionante glaseado espejo, hay una opción para cada postre y cada ocasión. Experimentar con diferentes técnicas y sabores te permitirá llevar tus creaciones al siguiente nivel, y créeme, no hay nada más satisfactorio que ver a tus seres queridos disfrutar de un pastel decorado con tus propias manos.
¡Ahora es tu turno! ¿Cuál será el próximo glaseado que probarás en tu cocina?